miércoles, 7 de febrero de 2007

¿Sacrificar el pasado cercano en nombre del pasado lejano?

Esa fue la decisión del gobierno egipcio que recientemente desplazó a unos habitantes en la rivera occidental de Luxor pues su pueblo, Al Gurna, se levantó sobre las tumbas del Antiguo Egipto.
En un país en el que la historia se mide en milenios, el hecho de que el pueblo contara con menos de dos siglos de vida no le ayudó a los aldeanos.El gobierno egipcio decidió en una controvertida iniciativa, llevarse a los habitantes de Al Gurna a un nuevo pueblo hecho expresamente para ellos.Este no es el primer proyecto de reubicación que se hace en Egipto, y probablemente no será el último.Recordemos los enormes trastornos que a raíz de la gran represa de Asuán sufrieron los nubios en la década de los '50.Gran parte de la civilización nubia quedó sumergida en el Lago Nasser. Y con el paso del tiempo se hizo evidente que la compensación que recibieron no fue lo que esperaban.Por ello no es extraño que el proyecto de Al Gurna sea mirado con sospecha.¿Mejores condiciones? No obstante, hay quienes aseguran que en este caso todo será diferente.Según le dijo a la BBC Samir Farag, director del Consejo Supremo de Antigüedades en Luxor, la iniciativa traerá beneficios."Hace dos años el presidente dijo 'esto tiene que terminar, porque hay 950 tumbas debajo de las familias'. En 1948 había solamente 80 familias y hoy hay más de 3.200. Por eso les construimos un nuevo pueblo. Y antes no tenían ni agua, ni electricidad, ni desagüe", señaló el funcionario.Efectivamente, parte de la compensación incluye nueva vivienda con agua corriente y electricidad, comodidades básicas hasta ahora prohibidas a los gurnáuis debido a la presencia de presuntos tesoros arqueológicos debajo de sus casas.Pero, aunque algunos aldeanos están felices con sus nuevas condiciones, no todos concuerdan."Hay quien tiene casas aquí y no le han dado nada cambio, y otros que han recibido vivienda nueva sin ser de aquí", nos dijo un padre de familia de Gurna."Nuestra casa será destruida, así que les entregamos las llaves a pesar nuestro. Pero no hemos sido compensados y no es justo", agregó otro gurnáui.Y no todo es una cuestión de compensación. Para muchos su vida está atada inexorablemente al lugar donde nacieron y no al trozo de desierto habilitado para la "Nueva Gurna".Difícil decisión Mientras esta reubicación tiene lugar, el gobierno egipcio ha anunciado planes para incrementar el turismo en el país, que de por sí goza de uno de los índices de turismo más prósperos del mundo.Para el arqueólogo egipcio Ahmad al Azab Galal el proyecto sólo beneficia a las autoridades.Esto está bien para el Estado, pero para los turistas no es el caso. Porque estas casas están aquí desde por lo menos un siglo y hay gente que viene a visitarlas y a admirar las construcciones o las puertas viejas. Porque esto también lo consideramos civilización. Y cuando las quiten, ¿qué clase de paisaje será? Muy extraño", se quejó Galal ante la BBC.Por su parte, Miguel López es un arqueólogo español en Luxor, quien se encontraba en Al Gurna cuando lo contactó BBC Mundo, señaló que la decisión aunque difícil, para él, es la correcta."El poblado éste tiene un valor histórico, y por supuesto las tumbas tienen un mayor valor histórico, arqueológico y artístico. Puestos a sacrificar uno de los dos, desde mi punto de vista personal, el poblado puede ser reconstruido, pero lo mismo no puede hacerse con las tumbas, eso está claro."A pesar de ello, al arqueólogo español le preocupa la idea de que se impulse aún más el turismo."No es que la comunidad arqueológica esté en contra de incrementar el turismo, pero sí que habría que ejercer un mayor control. Por ejemplo, en el Valle de los Reyes no todas las tumbas están abiertas, sino que se cierran algunas para que se recuperen de esta agresión del sudor y el paso de la gente", apuntó Miguel López.A los sudores evaporados, hay que sumar el daño que causa el flash de las cámaras -a pesar de las prohibiciones explícitas- o los pedacitos de ruinas que se llevan discretamente los visitantes, en afán de probar o celebrar el contacto directo con el Antiguo Egipto.Los críticos insisten que el impacto ambiental de proyectos como Al Gurna o del flujo masivo de turistas no ha sido del todo estudiado. El riesgo representa una amenaza ya no sólo a la riqueza cultural de Egipto, sino al patrimonio de la humanidad.
Fuente: BBC Mundohttp://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_6380000/6380229.stm
Reseña: Roberto Cerracin