El progresivo aumento de tropas mercenarias libias en las filas del ejército egipcio desde finales del Imperio Nuevo, además del numeroso grupo de inmigrantes y cautivos de guerra de iguales tierras que fueron asentándose en Egipto, quiénes llegarían incluso a establecerse como feudo en la ciudad de Bubastis, condujo a que en un momento de debilidad política de aquélla sociedad de la XXI dinastía, uno de sus hombres fuertes, el general libio Osorkon "El Viejo" (Ajeperra - Osorkon) tomase el control del ejército y se hiciera con el poder durante un breve periodo de tiempo. Pero tal circunstancia lejos de solventarse por quiénes le sucedieron, en una sociedad tan descentralizada y debilitada como la egipcia, el significativo poder e influencias que por entonces tenía la autoridad libia en ámplias zonas del país quien incluso estaban ya relacionados con el clero menfita, acabó favoreciendo el que el príncipe de Heracleópolis y "Gran Jefe de los Mashauash" (ó Ma), Sheshonq, hijo de Nimlot, se hiciera con el trono de Tanis y fundara la XXII dinastía, "Dinastía Líbica" ó "Bubastista".