jueves, 2 de abril de 2009

“DIAGRAMAS ESTELARES EGIPCIOS ”

Por Prof. Cecilia Bibé
Las estrellas que aparecían en el cielo luminoso de Egipto atrajeron las miradas de sus habitantes desde la más remonta antigüedad. Si bien es verdad que los egipcios no les rendían un verdadero culto divino como en Babilonia y Asiria; si establecían relaciones entre un cierto número de ellas y determinadas divinidades, por ejemplo: la estrella del perro -Sothis- como se ha convenido en llamarla, era considerada como el alma de Isis y la constelación de Orión era tenida por el asiento del alma de Osiris. Otras constelaciones fueron asimiladas a genios puestos en relación con el curso del sol. Tal fue el caso de los treinta y seis constelaciones que se encuentran en el horizonte del cielo. Estas constelaciones designadas con el nombre de decanatos, asumían la protección cósmica de las horas del día y de la noche, (Bibé, Los Khent Egipcios, en: GOTTINGER MISZELLEN. v. ,). Estas relaciones de protección establecidas entre los hombres y los astros eran de orden religioso, se remontan por lo menos al Nuevo Imperio, sino de época mucho más temprana.Los Egipcios edificaron los rudimentos de una ciencia astronómica durante el curso de su historia, no obstante, la astronomía egipcia tuvo poca influencia sobre el mundo exterior a causa de que históricamente tuvo un bajo nivel de desarrollo en relación a la creciente complejidad de las matemáticas y astronomía de la edades griega, helenística y romana. Solamente en un punto los Egipcios muestran influencia externa y es el uso tardío del calendario helenístico impuesto por los astrónomos Alejandrinos a todo el valle del Nilo.Los astrónomos egipcios se aplicaban a orientarse en el cielo, agrupando en sus cartas astronómicas las estrellas en constelaciones nacidas de su imaginación. Por otra parte, bosquejaron cuadros de estrellas en los que anotaban y graficaban la situación de determinadas estrellas o conjuntos de estrellas.Uno de los hechos reiteradamente comprobado en la historia de la astronomía egipcia es que desde muy antiguo su año civil constaba de 365 días sin intercalaciones. Este año estaba dividido en 12 meses de treinta días cada uno seguido de cinco días epagómenos o complementarios. Como su duración era de casi seis horas menos que el año solar, es fácil comprender que avanzaba poco a poco sobre el curso del año solar, de modo que luego de cierto intervalo de tiempo hacia el giro total sobre todas las estaciones. Por este motivo se llamó año civil al ciclo solar anual.Tomando como valor normal del año solar trópico de 365 días más seis horas, en cierta época ambos calendarios coincidieron al iniciar del año. Esa coincidencia volvía a reiterarse luego de 1460 años civiles, dado que por cada día de corrimiento entre ambos debía pasar cuatro años civiles para sumar las 24 horas que corresponden a un día de diferencia entre ambos calendarios.Este modo de computar el tiempo producía variaciones sensibles entre la relación del calendario civil con las condiciones físicas de las estaciones, pero tal inconveniente era compensado por la ventaja de una gran uniformidad y simplicidad del calendario solar.No agregaríamos nada más al año civil, si desde sus comienzo, no se hubiera asignado una relación simbólica entre un fenómeno celeste, muy importante de su cronología, y la liturgia: el surgimiento heliaco de Sirio.El sol en su movimiento de occidente a oriente por la eclíptica, ocupa con sus rayos las constelaciones zodiacales y zonas vecinas. Al final de la ocultación, cuando el sol se encuentra bastante hacia el oriente, las estrellas se hacen visibles por algunos instantes precediendo al sol en el crepúsculo matutino. La visibilidad de dichas estrellas dura muy poco tiempo en el primer día del surgimiento heliaco de Sothis, que corresponde al 19 de julio de nuestro calendario. En la latitud de Menfis este acontecimiento coincidía con el inicio de creciente del Nilo, razón por la cual, el primer día de Sirio se usó para iniciar el año civil.En los días sucesivos el sol se aleja cada vez más de la estrella Sirio y su surgimiento precede al del sol con un intervalo cada vez más largo aumentando su visibilidad que dura aproximadamente 70 días. Este fenómeno que tiene tanta importancia en la astronomía antigua sucede una vez al año para cada estrella, fenómeno que depende no solo de su posición con respecto al curso anual del sol en la eclíptica, sino también de la profundidad en que ella se encuentra bajo el horizonte cuando el crepúsculo matutino es lo bastante intenso para hacerla invisible. La determinación de la duración del año y sus fraccionamientos por las observaciones de Sirio, ha servido en nuestro tiempo para facilitar los cálculos del surgimiento heliaco de cualquier otra estrella aparte de Sirio, y también originó en tiempos antiguos otras consecuencias más importantes.El año civil de 365 días es seis horas más breve que la revolución heliaca de Sirio y se anticipaba exactamente un día cada cuatro años. De modo que si en una fecha el surgimiento de Sirio ocurría por ejemplo, el 1º del mes de Thoth, después de 4 años ocurría el 2° día del mismo mes. O sea que Sirio se alzaba nuevamente el 1° de Thoth luego de transcurridos 1460 años civiles. En este periodo, el surgimiento heliaco de Sirio habría hecho 1460 revoluciones, es decir, habrían transcurrido 1460 años siderales (julianos), entre ambas reiteraciones del calendario. Este es el periodo celeste conocido como Año Sotíaco, Año Largo o Año de los Dioses. El año sotíaco era conocido por los sacerdotes egipcios desde el inicio de ambos calendarios, quizá de los tiempos de los faraones más antiguos, pero si tenemos pruebas más firmes con los Ptolomeos de Alejandría. Esto se comprueba por el sistema cronológico según el cual Manethón ordenó las dinastías de los reyes de Egipto. Además poseemos el Decreto de Canopo (Cairo n° 22186), cuyo contenido alude a un Concilio de Sacerdotes que tratan el tema de las diferencias de ambos calendarios y su solución sugerida por Ptolomeo II.Otras referencias firmes y más antiguas sobre los conceptos que los egipcios tenían acerca de la relación del año civil con el año astronómico o sagrado, se pueden datar del Reino Medio y Nuevo respectivamente. Estas fuentes son: El Papiro de Kahún (Sesostris III); el Papiro Médico Ebers (Amenofis II) y el Papiro de Thutmosis III. En estos papiros se alude en el mismo fechado, no solamente al tiempo de reinado de cada monarca, -datación del calendario civil-; sino también se correlaciona este sistema de medición civil del tiempo, con el surgimiento de Sirio dentro del año civil mismo. Examinado el problema desde otro ángulo y de manera directa, podemos apreciar la relación que suponían los Egipcios entre el comienzo del año civil y el surgimiento de Sirio. Boeckl hizo notar que el nombre egipcio de Sirio (Sothis) puede ser considerado análogo al de Thoth como primer mes del año civil, lo que presupone que para los egipcios, Sirio era el principio del año sin lugar a dudas. Esta relación entre Sirio y el primer mes del año egipcio, -Thoth-, se observa por ejemplo en el cuadro astronómico esculpido en el techo del Ramesseum de la XIX dinastía. Allí Sirio o Sothis está dibujado sobre el mes de Thoth, como una mujer con la cabeza adornada de plumas con el nombre de Isis - Thoth, acompañado con el determinativo de una estrella, emblema astronómico por excelencia. Siguiendo la misma tradición; en el techo de la tumba de Merneptah, posterior al Ramesseum, también de la XIX dinastía, la diosa Sothis - Thoth lleva el nombre de "estrella de Isis". Otra prueba más tardía es la presencia del nombre de Thoth acompañando de una estrella sobre los cuernos hathóricos que se ve en los techos astronómicos de los templos tardíos de Ombos, Denderah y Esna. De todas estas consideraciones se deduce que la relación entre Thoth y la estrella Sothis, en este contexto especifico, se refería al surgimiento heliaco de esta estrella marcando el inicio del año.Los astrónomos no tardaron en reconocer, que la mayor altura del sol y la aparición matinal de Sirio daban una medida del año más regular y exacta que otras formas de organizar el año civil. Es natural que los sacerdotes tomaran estas nociones para reformar sus calendarios y reducirlos a cómputos fáciles de emplear en usos civiles y religiosos. Se sabe que el 19 de julio de nuestro calendario correspondientes a los años 2778, 1318 y 142 de nuestra era, se produjeron coincidencias entre el primer día del año civil egipcio y la elevación helíaca de Sirio. Todo esto deducido a partir de dos fuentes clásicas que independientemente nos acercan a dichas fechas. Estas son: el informe del romano Censorino que nos dice que hacia el año 140 de nuestra era, el emperador Adriano celebró oficialmente un año sagrado (1460 años) hecho que fue conmemorado con la acuñación de una moneda para recordar dicho acontecimiento. A su vez, el Canon de Canopo mencionado anteriormente, marca la celebración del 1º día de Sothis en relación al retraso que experimentaba respecto al año civil.
CUADROS O DIAGRAMAS ESTELARES
Los sacerdotes de los templos egipcios dividían las estrellas en dos categorías: Las "indestructibles" o "imperecederas" ixm-sk (circumpolares) que son aquellas que no desaparecen jamás del cielo visible, y las llamadas: "Infatigables", "incansables" o "errantes" ixmw-wrD que desaparecen del cielo visible periódicamente. Nosotros llamamos planetas a estos cuerpos celestes.Ciertas estrellas fueron elegidas para formar agrupamientos de estrellas que nosotros llamamos constelaciones. Eran 36 los agrupamientos que presidían las 36 decanatos en que los egipcios dividían su año civil, conformando igual cantidad de secciones estelares. El origen de esta división debe remontarse a una época muy antigua donde se suponía que el año tenía 360 días, determinando que la astronomía egipcia tuviera un marcado carácter ecuatorial y estelar. En la zona ecuatorial comprendida entre +5° y -5° de declinación, es decir una banda ancha de 10°, se puede contar una cincuentena de estrellas cuyo orden de tamaño es superior al 5°, (Bibé, "Los khents Egipcios: la cintura de los doce", en: G. M., vol. ). Todas estas estrellas se hacen visibles cuando el sol ha descendido 15° por bajo el horizonte. En la zona ecuatorial menos ancha, comprendida entre -4° y +4° se cuentan 45 estrellas cuyo orden de tamaño superior al 5°, su repartición a lo largo de esta zona es muy desigual. Entre estas 45 estrellas, hay ocho estrellas que son las más próximas al ecuador, es decir cuyas declinaciones están comprendidas entre -1° y +1°.
Para el estudio sistemático del cielo estrellado, ellos necesitaban el reconocimiento fácil de grupos de estrellas contiguas a las más brillantes, a las que los Egipcios habían dado nombres desde muy antiguo. A su tiempo, estos grupos de estrellas fueron incorporadas a figuras imaginarias: Hombres fabulosos, divinidades y objetos situados sobre la esfera estrellada (Toro y Orión). La agrupación de estrellas de los egipcios no era la misma que nosotros hemos adoptado y que deriva de los Babilonios. Varios ejemplos de cuadros de estrellas sobreviven en las superficies internas de las tapas de algunos sarcófagos del Reino Medio; en los techos de algunas tumbas reales y privadas del Reino Nuevo, como también en los techos de algunos templos del Reino Nuevo y de época Greco - Romana que comentaremos brevemente.
1- Registros Estelares del Reino Medio
-El sarcófago de Hounnou (Museo de Louvre): Los cuadros astronómicos están pintados en la cara interior de la tapa. En el cuadro de los pies figuran de derecha a izquierda Sothis, Orión, la Osa Mayor y Nut.
-El sarcófago de Tefabi, (Museo de El Cairo): Presenta la misma disposición del diagrama estelar que el anterior. En la escena transversal se representan los mismos personajes; de derecha a izquierda Sothis, Orión, la Osa Mayor y Nut.-El sarcófago de Hekat, (Museo de El Cairo - Cairo 28127): La posición relativa de Orión y de Sirio sobre la pintura transversal responde a su posición relativa en el cielo, donde Orión a la derecha corresponde a un observador egipcio mirando al sur. Conserva la simetría tradicional con relación a la línea de Sirio y de la diosa del Cielo y la pintura transversal representa una imagen espejo de la representación pictórica transversal usual. En este sarcófago, se ha insertado en el lugar de las estrellas usuales al decorado una columna de estrellas al final del panel de la cabeza, es decir, delante de la pintura transversal. Es importante de destacar que la disposición de las cuatro figuras aludidas se encuentra invertida. Nut ocupa la derecha de los registros seguida hacia la izquierda por la Osa Mayor, Orión y Sirio. Esta disposición responde a la de un observador que mira hacia el norte.
2 - Registros Estelares del Reino Nuevo
Los registros astronómicos de las tumbas de Senmut (fig. 4), visir de la reina Hatshepsut y del techo de la Sala de Oro del hipogeo de Seti I° entre otras tumbas reales del Reino Nuevo, nos proveen de representaciones de constelaciones y las estrellas circumpolares más importantes (fig. 5). Importante es notar que la ubicación de las estrellas circumpolares en los techos de la tumbas de Senmut y de Seti I (fig. 6 y 5) son distintas.El techo astronómico de Senmut es el más completo y claro; contiene las listas de decanatos con la representación de los genios de las horas y constelaciones. Aparecen Marte, Júpiter, Sirio, Orión en cuatro columnas sucesivas, empezando por la izquierda. En la parte inferior del cuadro astronómico, grandes círculos representan los doce meses del año. Ejemplo: Junio (Gran) Rekek o Rkh. Julio; (pequeño) Rekeh o Rkh . Abril Herka o k3 (hr) k3. Los grupos de cuerpos celestes son:1) El Hipopótamo Hesamut, hsmwt o Reret, rrt: arriba de la espalda tiene subido un cocodrilo sin nombre que desaparece en la época Saita, al que Brugsch identifica con el Dragón de 13 estrellas (fig. 5). La mano de la diosa hipopótamo es mostrada en algunos dibujos descansando sobre una clavija de amarre o estaca de anclaje de la barca celeste, símbolo religioso muy importante para los egipcios. Esta representación fue cambiada por una mano descansando sobre un poste o teniendo un cocodrilo por la cola (fig. 6). A la clavija de amarre que mencionamos se le llamaba "menat" que significa "amarre". Esta a la derecha del Polo Norte.2) El Toro Meskheti Mskh(ti): en el cielo egipcio es el equivalente de nuestra Osa Mayor. y corresponde a la "La Pata" de buey con siete estrellas de los sarcófagos del Reino Medio ya vistos. El Toro es mostrado con una cola extendida hacia abajo; hacia la mano del hipopótamo y el tobillo, con una cadena o cordón atado a él y tenido con la mano. 3) Horus el Guerrero: An -´n-, tiene en la mano un arma con la que ataca a la Osa Mayor en el cielo de la Senmut (fig. 6) y sostiene al toro en el hipogeo de Seti I (fig.5).4) Un hombre colocado horizontal: lleva un disco sobre su cabeza y no posee nombre.5) Un hombre colocado vertical: tiene un arpón en su mano izquierda con el cual ataca a un cocodrilo y no tiene nombre.6) Un halcón sin nombre.7) La diosa Serquet -srkt-: con forma de una mujer.
8) El león Imi-rw con 18 estrellas: El león siempre cara a cara con Redet mientras que la lista de estrellas muestran que su cola estaba en esa dirección.9) El cocodrilo Serisa.10) Orión denominada Sahw (s3H) era una constelación compuesta de siete estrellas mayores y ocho pequeñas.
Algunas estrellas que componen las constelaciones egipcias mencionadas anteriormente, pueden ser localizadas en las constelaciones modernas siguientes:-Vega (Lira), Deneb (Cisne) y Arturo (Boyero), forman la figura del hipopótamo.-Altair (Águila) y Antares (Escorpión) forma la figura del cocodrilo sin nombre.-La Osa Mayor forma la figura de Horus.-Andrómeda forma la figura del Buey.-Aldebarán (Toro) y Regel (Orión) forman la figura de la mujer.-Capella (Auriga) y Betelguese (Orión) forman la figura del león.
-Polux (Gemelos) y Procyon (Can menor) forman la figura del cocodrilo Serisa.-Casiopea y Régulus (León) forman la figura del cazador.-Sirio (Can Mayor) forma la figura del escorpión,
La constelación más espléndida del cielo sureño, -el norte egipcio-, es Orión que se halla en cercana conexión con Sirio (Sothis) que es la más grande y más gloriosa de las estrellas fijas.Las dos están representadas en los cielos sureños sobre los sarcófagos del R. M. y de los diagramas estelares de todas las épocas. En loa días faraónicos Orión y Sirio estaban considerablemente más bajos en los cielos en su altura meridiana de lo que ahora están y su visibilidad más acentuada.
3 - Observación y Registros Astronómicos
Los Egipcios, si bien sobresalieron en la investigación astronómica aplicada, no profundizaron tanto como se creía en la formulación teórica. Las horas nocturnas están determinadas por la observación de las estrellas como lo atestigua el descubrimiento de los calendarios estelares. Se han encontrado en las tumbas reales de la dinastía xx, tablas de estrellas que indican los días que van del 1° al 15° y del 16° al 30° de cada mes, hora por hora, con la posición de los astros relativa a dos observadores ubicados frente a frente en el techo de un templo con un eje norte - sur. Para determinar la constelación de Orión, la "Pierna del Gigante", o de Sothis, la "Cabeza del Pájaro", contaban con la ayuda del merkhet, un instrumento de visión provisto de un hilo a plomo. El observador debía encontrar al astro sobre la cabeza o hacia el ojo o a la altura del codo de su compañero enfrentado. Así, las tablas de estrellas egipcias inscriben la posición de las mismas en relación a la figura de un astrónomo. Cuidar de marcar la posición de las estrellas "errantes", -nuestros planetas-, devino en una actividad central del sacerdocio. Entre estas "errantes" documentadas, cinco corresponden a Júpiter, Saturno, Marte, Mercurio y Venus que encontramos por lo menos a partir del Imperio Nuevo.
1) Júpiter: "La estrella del Sur" sb3-rSw era llamada bajo la XIX y XX dinastías Hrw-wp´(t) sht3-t3wy "Horus (que) abre (los) secretos de las dos tierras", en el período grecorromano rHw-wp(i) sht3 o Hrw-p-sht3. Este planeta no tenia dios. "La Estrella Resplandeciente", igualmente llamada: "Horus que une las dos tierras" y "Horus que ilumina las dos tierras", Hrw-t3S-t3wy, bajo la XIX dinastía, Hr-St3-wj bajo la XX dinastía y Hr-wp-St3 en época griega.2) Saturno: la "Estrella del Oeste que atraviesa el Cielo" era llamada Hrw-k3-pt i.e. "Horus el Toro"; "Horus, Toro del Cielo". Bajo la XIX y XX dinastías y en el periodo grecorromano Hrw-p-k3; Hrw-k3 y Hr-k3-pt, "La Casa del Doble Halcón"; "Horus (engendrador) de lo Alto". El dios de este planeta es "Horus del Horizonte" o Horakhti .3) Marte: la "Estrella del Este del Cielo", que es descripta como "(estrella) que transita (lentamente)" en el viaje es llamada Hrw-khwti bajo la XIX y XX dinastías y en el periodo grecorromano Hrw-dshr i.e. el "Horus Rojo", como el Horus del Horizonte. Por su color rojizo recibe el nombre de Harmakhti. El dios de este planeta es el Ra R3 .4) Mercurio: es llamado Sebekw bajo la XIX y XX dinastías, y Sebek o Sobek en el periodo grecorromano. El dios de este planeta era Seth. 5) Venus: era llamada, "La estrella de Bennu-Wsir" bajo la XIX y XX dinastías y Pi-nTr-dw3w, i.e. el "La casa del Dios de la mañana" en el periodo grecorromano. Como "estrella de la tarde" Venus era llamada Sb3t w´ty.
Serge Sauneron en su conocido libro; "les Pretres de l´Ancienne Egypte" hace referencia a los cometas. Su aparición en todos los tiempos fue considerada como un presagio funesto y parecen haber sido bien conocidos por los antiguos Egipcios. Un texto de Thutmosis III que evoca el pasaje de uno de ellos, que podría ser el cometa Haley. Los menciona Séneca en Cuestiones Naturales II, 2.
CONCLUSION
Las excavaciones del Museo Metropolitano de Nueva York (1927-1928) efectuadas en el templo funerario de Hatshepsut en Deir el Bahari, esclarecieron el origen de las variaciones sustantivas existentes, entre el dibujo original y el realmente representado en tumba inconclusa de Senmut, y de otros techos astronómicos análogos de monumentos ya mencionados. El contraste entre representaciones estelares similares nos permite concluir que el dibujo del hipopótamo y el cocodrilo que aparecen en la tumba de Senmut,presenta dos estados de trabajo diferentes. Debajo de los dibujos definitivos, el bocetoFig. 7.- Sarcófago de Tefabi, detalle superior.
original se encuentra marcado con líneas débiles azules todavía visibles al experto. Elhombre cuyo brazo esta cerca del cocodrilo no estaba en el diseño original. El cocodrilo estaba en posición horizontal. Los trazos son aún más visibles a los pies del hombre parado. El león ahora registrado más alto, originalmente yacía paralelo al cocodrilo. La línea base es aún visible cruzando al hombre del cocodrilo. La cabeza del león estaba a espaldas del hombre y sus patas delanteras a la derecha del cinturón del mismo. La inscripción previa ocupaba el sitio actual del león. Estos detalles demuestran claramente que los principios artísticos determinaron el orden de las decoraciones de los diagramas astronómicos, como también el espacio ocupado por las representaciones estelares, modificándolas sin importar las distorsiones producidas sobre los conjuntos de estrellas y sus posiciones relativas. Por lo tanto, es inútil buscar en los cielos astronómicos grupos de estrellas que se distribuyan de manera regular. En el cielo de Senmut, el cocodrilo se ve en dos versiones: la primera, esta dispuesta en posición oblicua con respecto al hombre, mientras que en el bosquejo primitivo su posición es horizontal. En otras palabras el artista elige la representación simbólica y no detalla el cielo. No obstante, debemos reconocer que es recurrente la disposición de las estrellas de primera magnitud formando dos grupos, uno a cada lado del meridiano -la estaca de anclaje- y en el sentido del año que es lo que corresponde perfectamente a la representación de la XX dinastía. En la época Ptolemaica, la astronomía egipcia cambia su aspecto. Un nuevo elemento, el zodiaco greco-babilónico aparece sobre los monumentos. Los cielos astronómicos de los templos erigidos o restaurados por los reyes lágidas y los emperadores romanos representan la caótica mezcla de la astro-mitología egipcia y la astrología babilonia del periodo helenístico.
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