lunes, 11 de mayo de 2009

“EL MITO LAUER ”

Por Dr. Alberto Galasso Bentancour
English abstract:
Haunted by the Egypt of the pharaohs, since his early 24 years of age, J-P Lauer was during his life and continues to be after his death, a myth. His contributions to Egyptology, his great work at Saqqara and his fascinating personality, ensure the persistence of his image.

“Hemos venido a ver el templo de Djoser y lo encontramos como si el cielo estuviera en su interior y como si Ra brillara dentro de él”.
(Graffiti de los escribas Setemheb e Iahmose, año 47 reinado de Ramses II).
“...Una personalidad fuera de lo común, que ha consagrado su vida, su talento y su energía al país de los faraones.... Hombre de pasión, de compromiso y fidelidad, por sus trabajos en el extraordinario yacimiento de Saqqara, ha retornado a Egipto y al mundo el más antiguo edificio de piedra de la Humanidad”. (Obituario de J-P Lauer por el presidente Jacques Chirac.

PRELIMINARES
El complejo funerario de Djoser fue para los propios egipcios de épocas posteriores al Imperio antiguo, lugar de visita y admiración como esta inscripción lo demuestra. Imhotep, su arquitecto deificado, estuvo también vinculado al dios de las letras Thot; los escribas, antes de iniciar la escritura de cualquier texto, derramaban unas gotas de agua de su paleta de colores en su honor. Las constancias de las visitas al conjunto funerario siglos después demuestran la persistencia de su memoria.Quien restauró su obra olvidada en la época moderna, llamado con propiedad, el segundo arquitecto del complejo de Djoser, Jean-Philippe Lauer, nació en París el 7 de mayo de 1902 y falleció el 15 de mayo de 2001, una semana después de haber cumplido sus 99 años.Cursó estudios de latín y griego y luego de arquitectura. Su llegada a Egipto será casual. Pierre Lacau, entonces Director General del Servicio de Antigüedades de Egipto, busca un arquitecto para ayudar a Cecil M. Firth, director de las excavaciones en Saqqara desde 1921. Informado de ello Lauer por su primo y también arquitecto, Jacques Hardy, instalado en El Cairo en julio de 1926, el Servicio de Antigüedades lo contrata por 8 meses en calidad de arquitecto asistente de Firth. Siempre recordará en sus relatos su primera llegada en 1926, el viaje en tren a el-Bedrashein y el recorrido a la casa de Jéquier en Saqqara Sur, momento en que se dio inicio a una atracción irresistible por la necrópolis menfita que explorará y reconstruirá durante 75 años. La necrópolis menfita, cuyo centro es Saqqara, es una vasta superficie de unos 50 Km., de largo situada sobre la meseta desértica de la orilla occidental del Nilo, frente a Menfis, en el nomo La Muralla Blanca del Bajo Egipto. Su vista con la pirámide escalonada aparecen en los dibujos de antiguos viajeros desde el siglo XVII; este elemento es símbolo de la III Dinastía y la primera pirámide. En la época de la llegada de Lauer a Egipto el yacimiento había sido investigado en parte, pero nadie sospechaba aún la existencia de otros monumentos alrededor de la pirámide escalonada.En 1820 el general prusiano Johann Heinrich Carl Menu von Minutoli, nacido en Ginebra, había sido enviado por el rey de Prusia con la finalidad de explorar el desierto líbico y recoger material y documentación sobre el Alto Egipto. El año 1818 también había llegado a El Cairo por asuntos de negocios, el ingeniero italiano Girolamo Segato. Sufriendo la atracción de tantos otros viajeros, comienza a dedicarse a trabajos topográficos y cartográficos. Traba conocimiento con von Minutoli a la vuelta de éste de su viaje al oasis Siwa (von Minutoli fue el 5º europeo en llegar a ese lugar). Impresionado por la belleza y precisión de los dibujos de Segato, le encarga explorar la zona de Saqqara, lugar donde se inician los trabajos en 1821. Atraído por la pirámide de Djoser, Segato se dedica a buscar una entrada, descubriendo efectivamente un pozo que conducía a la entrada principal Liberado el acceso, Segato fue el rimero en explorar el interior de la pirámide, ya violada en remotas épocas. En tres días, explora y levanta los planos de la estructura y de la propia cámara sepulcral donde encuentra el sarcófago roto de granito rojo, haciendo y publicando un relevamiento de las galerías. Von Minutoli en su publicación (Reise zum Tempel des Júpiter Ammon in der Libyschen Wúste und nach Ober-Aegypten in den Jahren 1820-1821) menciona diversos objetos recogidos en la pirámide, entre ellos los restos de una momia hallada en un corredor, todo lo cual fue enviado hacia Prusia y se pierde en una nave que naufraga. Ya en Italia, Segato junto a Valriani, un dibujante, publicará un Atalante del Basso ad Alto Egitto Illustrato donde muestran una reconstrucción en color de una de las salas decoradas con pasta vítrea azul. En 1837 el Coronel inglés Howard Vyse viaja a Egipto a fin de excavar las pirámides y lleva como ayudante al ingeniero J. S. Perring quien como parte de su trabajo en las pirámides, redescubre las galerías visitadas por von Minutoli y encuentra otras nuevas, entre ellas una galería de época saíta conteniendo momias.. No obstante, no realizaron excavaciones en la necrópolis. En 1842-43 Karl Richard Lepsius, el brillante egiptólogo prusiano, en el curso de su famosa expedición patrocinada por el rey Federico Guillermo IV, que recorrerá todos los grandes yacimientos de Egipto y nubia hasta fines de 1845, realiza en el lugar la primera exploración sistemática, incorporando los datos en el gigantesco Denkmäler aus Aegypten un Aethiopien. Desde entonces, si bien la pirámide escalonada es visitada por figuras de la magnitud de Mariette, Maspero, Petrie y Borchardtg, no se emprendieron trabajos en sus alrededores.
LA OBRA
Un siglo más tarde, J-P Lauer decide, a pesar de todas las dificultades a enfrentar, descender en el pozo de acceso a la cámara sepulcral. Un enorme bloque de granito de 4 toneladas obtura el orificio de acceso. Encuentra allí un pie izquierdo momificado, en perfecto estado de conservación, habiéndose empleado un método de modelado de las distintas partes del mismo con un vendaje embebido de sustancias resinosas. Originalmente se consideró como perteneciente al Imperio antiguo y quizás parte del cuerpo del propio Djoser. Conservado desde entonces en la Facultad de Medicina de El Cairo, recién en 1995 E. Strouhal y cols., publican una investigación sobre estos restos, concluyendo que el proceso de embalsamamiento no pertenece al período del Imperio Antiguo y que la datación por radiocarbono otorga una fecha que oscila entre el Tercer Período Intermedio y época ptolemaica. En noviembre de 1926 J-P Lauer vuelve a Saqqara y trabajará bajo la dirección de Gustave Jéquier, egiptólogo suizo, en esa época trabajando en la tumba de Shepseskaf. A principios de enero de 1927, J-P se podrá instalar finalmente en su casa de Saqqara Norte; llamada por los egipcios “Beit el-farançawin” (la casa del francés), la hoy famosa “Beit Lauer” fue construida en ladrillos de tierra cruda sobre un promontorio que domina el valle, se encuentra adosada a un acantilado y aislada de todo: dos piezas, una cocina y la habitación del doméstico son sus únicos ambientes. Si bien inicia la actividad con Firth, no abandona a Jéquier; y una vez por semana se dirige a Saqqara Sur para relevar los planos de los vestigios hallados por este último. Firth le encomienda el estudios de los dos primeros edificios liberados en 1924, llamados Casa del Norte y Casa del Sur. Al final de la primera campaña ha reconstruido sobre el papel la totalidad de una fachada, haciendo planos que modificará de acuerdo a los hallazgos que se suceden. En mayo, Lacau le propone renovar su contrato por 8 meses. Será el inicio de una interminable serie de contrataciones, nunca definitivas pero siempre renovadas. En otoño de 1925, a los 25 años, J-P emprende una nueva campaña. Secunda a Firth pero continúa sus propios trabajos en el complejo funerario de Djoser, liberando una superficie de 15 hectáreas, limitada por un recinto cuyos vestigios se extienden paralelos al valle en una extensión de 544 m. Ubica el emplazamiento de las 14 falsas puertas del muro de circunvalación, que simbólicamente marcan la entrada. El recinto era una representación en piedra de la muralla blanca en ladrillo crudo que había contorneado la ciudad de Menfis, pero que Djoser había erigido aquí para la eternidad. Trabajando sobre el lado sur del recinto, Firth encontrará, casi intactos y en una extensión de unos 100 m, los vestigios de un muro bastionado de 4 m de altura. Cerca de allí aparecen los fragmentos de un friso de cobras; J-P posteriormente reconstruirá un muro con entrantes donde colocará dicho friso. En 1928 alcanza la tumba sur. Para despejar el pozo de 28 m de profundidad, los obreros retirarán toneladas de piedras, y luego deberán consolidar las bóvedas para alcanzar una cámara de granito vaciada hacía muy largo tiempo de su contenido, donde se pensó podrían haber estado los vasos canópicos del rey. Luego se encuentra una escaler que llega a una puerta. Se cae, 2 m más abajo, en una antecámara, franquean una primera sala antes de desembocar en un estrecho pasaje y luego en una pieza oblonga. Allí se encuentra una puerta con el protocolo del rey. En una sala perpendicular a la precedente se encuentran 6 paneles sobremontados de pilares djed, que han perdido muchas de las piezas de fayenza azul que los revestían. Otro pasaje se abre sobre una segunda cámara donde se ven 3 estelas falsas puertas, recubiertas de relieves. Una de ellas representa a Djoser efectuando la carrera de la fiesta heb-sed. Es un cenotafio; la tumba del Ka del faraón. Réplica fiel de la tumba de la momia situada en la pirámide. Un año más tarde, la exploración alcanza la propia pirámide. Firth descubre dos cámaras decoradas con faienza azul. Una de ellas abriga 3 estelas del rey similares a las de la tumba sur; la otra, 3 paneles sobremontados de pilares djed. ¿Por qué dos tumbas similares en el mismo complejo funerario? La aparición de restos de momia hizo pensar que en las cámaras de la pirámide habría sido enterrado el rey; se hipotetizó que la tumba sur estuvo destinada a los canopes conteniendo las vísceras. Pero, como hemos visto los restos no corresponden seguramente al faraón y no es fácilmente explicable tanta distancia entre el cuerpo y el equipamiento canópico. Quizás se trate de una continuación modificada de la tradición de la época arcaica de construirse dos tumbas, una en Saqqara, de cara a la capital Menfis, la otra un cenotafio en la necrópolis ancestral de Umm-el-Qaab, cerca de Abydos (¿la tumba sur?) Estos trabajos con Firth de la tumba Sur y el gran pozo de la pirámide, siempre fueron recordados por Lauer con demostraciones de su admiración y amistad con el arqueólogo inglés. Pierre Jouguet y su familia llegan al Cairo en enero de 1928; J-P irá a saludar al nuevo director del Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO). Una de las hijas de Jouguet, Marguerite, se casará con JP en octubre de 1929, y con ella tendrá tres hijos. Además de las ocupaciones de su cargo, los Lauer tendrán otra obligación: como consecuencia del descubrimiento del tesoro de Tutankamón, muchos viajeros de renombre se acercan a Egipto; y deberán recibirlos. Entre ellos la reina María de Rumania, el príncipe de Hesse, el rey de Camboya, el rey Vittorio-Emmanuele de Italia, el rey Alfonso XIII de España. Al decir del propio Lauer, “he visto desfilar la tierra entera, de Goebbels a Ho Chi Minh”. El verano de 1931 verá la prematura muerte de Firth por neumonía cuando volvía a Inglaterra; JP de 29 años queda solo en Saqqara Norte. Consagrará ese año a completar los relevamientos en el recinto de Djoser y comienza a reconstituir los planos del complejo funerario. Las galerías interiores en su mayor parte están inexploradas, a pesar de que se sabe que un dédalo de galerías más profundas que la de los apartamentos reales está situada a 33 m por debajo de la base de la pirámide. Al descubrirse la cámara de las estelas, se ha evidenciado un gran agujero en el suelo de este lugar. El sucesor de Firth, James Quibell y J-P liberan esa cavidad para deslizarse en un corredor que les conduce a una galería donde se descubren dos sarcófagos de alabastro con tapa quebrada. Allí se encuentran los restos óseos de una niña, lo que plantea que el complejo fue también la tumba de la familia real. Más adelante se encuentra una serie de galerías-almacenes intactos, conteniendo más de 30.000 vasijas. Se retiran piezas de fayenza azul para reconstituir uno de los paneles en el museo de El Cairo. En abril de 1936 muere el rey Fuad de Egipto, a quien sucede su hijo Faruk en julio de 1937. Lacau se retira y Etienne Drioton lo sucede a la cabeza del S. A. Un poco antes, parte de Egipto Quibell, añoso y enfermo, que morirá al día siguiente a su retorno a Inglaterra. En su reemplazo es nombrado W. B. Emery quien prosigue las excavaciones por encima de la villa de Abusir, donde se encuentran tumbas de las 3 primeras dinastías. Delimita un sector de investigaciones en Saqqara Norte, donde descubrirá la mayor parte de las tumbas reales de la Dinastía I en esa región; se abre así la polémica sobre cuáles eran las tumbas verdaderas y cuáles los cenotafios de los monarcas arcaicos, las halladas en Saqqara o en Abydos. Desde 1937 los egipcios comenzaron a interesarse por las antigüedades de su país; Selim Hassan es el primer subdirector autóctono del Servicio de antigüedades. El estallido de la guerra en 1939 encuentra a J-P y su familia en Francia; movilizado, no volverá a Saqqarra por 6 años. En julio de 1945 Lauer vuelve a Egipto y emprende la reconstrucción del bastión de entrada del recinto de Djoser. Su técnica, la anastilosis, o sea la reconstitución con elementos antiguos completados por elementos nuevos. En el otoño de 1947, luego de la muerte de Pierre Jouguet, padre de su esposa, su familia retorna a Francia para ya no volver. En marzo de 1951, Lauer y Sainte-Fare Garnot reciben una misión del CNRS: reconstruir las pirámides de Tei, Pepi I y Merenre. Para cumplirla enormes trabajos serán necesarios a fin de consolidar las paredes y luego restaurar y reemplazar los bloques sobre los que están grabados los textos. Esos trabajos se ven interrumpidos por conflictos diplomáticos y luego por la guerra de Suez. El 26 de julio de 1952 Faruk es derrocado y se proclamará la República Árabe de Egipto por el Cnel. Nasser. Por primera vez el S.A. será dirigido por un egipcio: Mustafá Amer. Las consecuencias del enfrentamiento de Nassser con Occidente dificultarán progresivamente los trabajos n Saqqara. En noviembre de 1959 Lauer viajará a Libia desde donde más tarde logrará retornar a Egipto luego de negociaciones con el Ministro de Cultura. Su misión es ahora, acabar de reconstruir el conjunto funerario de Djoser, liberar y consolidar las pirámides con textos, proseguir su estudio arquitectónico e histórico del conjunto de las pirámides de Egipto. Fallecido Sainte-Fare Garnot en 1963, en enero de 1965 se encontrará con Jean Leclant, quien concurre con el fin de colaborar como filólogo en la copia de los textos de las pirámides. En 1967, en conjunto con Salah el-Nagar enviado por el Ministro de cultura Okacha, reconstruyen varias capillas del Heb-Sed y preparan el segundo tomo sobre las pirámides.1974 verá el retiro de Lauer del C.N.R.S., pasando a su cargo honorario, pero él continuará adjunto a misiones francesas enviadas a Saqqara, y la casa construida para él por Firth se constituirá en alojamiento de los excavadores franceses.Uno de sus últimos logros fue la reconstrucción dela forma en que la columnata de entrada al complejo estuvo originalmente cubierta. Una pequeña sección fue restaurada de acuerdo a sus hallazgos.
EL LEGADO.
En los últimos años de su larga vida, Lauer pasa el verano esperando su próxima misión a Egipto; ¡hay tanto que hacer aún en Saqqara!, ¿qué sucederá con el sitio de Djoser cuando él ya no esté..? El trabajo ha sido muy lento... J-P estuvo solo, sus medios fueron extremadamente reducidos, pocos colaboraron en la tarea.Todos los que lo conocieron se han sorprendido por la inalterable juventud de su mirada; cubierto con su eterno sombrero de tela, reinstaló bloque por bloque el muro del recinto elevado por Imhotep cerca de 4.800 años antes en forma incansable. En las palabras de Alain Zivie, “En muchos aspectos, fue un hombre solitario, un soñador solitario y un hacedor en un mundo de su propiedad. Fue uno de los pioneros, uno de los gigantes con sus raíces en el remoto pasado de la Egiptología”. En su último libro habla de un despertar del sueño en que había transcurrido su vida, premonitorio quizás de su alejamiento definitivo de los trabajos. Pero interrogado un día sobre los sacrificios que debió sobrellevar él y su familia para llevar adelante su sueño, declara sin ambages no arrepentirse de nada.También su producción bibliográfica fue extensiva; además de sus obras sobre la pirámide escalonada, publicó más de 200 artículos científicos y varios libros de divulgación.No logró ver culminado uno de sus últimos sueños y esfuerzos, el Museo Imhotep, situado próximo al recinto, en el que pensaba exponer sus modelos del complejo y ofrecer explicaciones de sus distintos componentes a los visitantes. Hoy se encuentra todavía en etapa de construcción.
En vida fue mito; los egipcios decían: “Alá ha olvidado a M. Lauer”. Pero es seguro que el olvido no puede corroer la dimensión moral y personal de este gigante de la egiptología; su Ka continuará recorriendo, acompañando al de Djoser, el conjunto funerario que redescubrió y constituye legado a la Humanidad.